Saturday, September 22, 2007

Recargada




Digo que el regreso suele ser excitante, por eso Extraña dos me ha dicho que volvió reconcentrada y le creo siempre porque lo que dice, hace. A veces creo que su don es tener una boca de metralleta,sobre todo si el gin ha hecho efecto.

Hemos vuelto a las andanzas y que no se lea esto como algo fascinante, exótico y aventurero... no, no, léase esto como un vagar constante entre mi casa y la de ella, sin tiempo, sin ataduras, sin nadie que pueda requerirnos. Dueñas de nuestros tiempos y de acuerdo con perder las horas dialogando estupideces simpáticas, ya son dos las semanas, sin parar, mirando la noche, los bares, y por supuesto, los restaurantes, porque nunca puede faltar la complicidad de la comida. Caldo de manguera, bolas de verde, arroz con menestra, bolones, tigrillos y música. Harta música para engreir los timpanos, arrullarlos, adormecerlos.


Lugares con vistas, eso me falto enumerar. Sí, hemos estado en lugares con vistas inolvidables. Yo tengo uno grabado en la retina y cada vez que cierro los ojos veo el río, el cerro y las lucecitas de la madrugada guayaquileña, muy silenciosa, mientras las amistades colocan más música, de esa que las radios no tocan. Me acuesto en una hamaca y veo por la ventana. Me quedo dormida hasta que siento que alguien me acaricia los churros, bucles, simplemente mi pelo sambo, y dice: "Cualquier cosa, pero por favor no te quedes dormida". Escucho a mi amigo hablar, y contar, y recontar. Tengo paciencia esta noche, la verdad tengo una inusual paciencia.






Extraña dos es dj, yo pido La Lupe, y eso es lo único que nuestro amigo-bicho no tiene. Bajo los seis pisos para irme en mi taxi carroza pasada de hora. Son las cuatro de la mañana, me quedaría más, pero ya saben, el maldito mundo laboral, a una la espera sin clemencia y a las siete tengo una lucidez. Lo hago para corroborar que si quiero puedo. Ese día quise, un día después me encierro a las siete y en la madrugada el celular suena y suena con mensajitos chistosos que yo contesto. Al día siguiente reviso qué mismo es lo que he respondido, porque no lo recuerdo con claridad. Me río de mi lucidez al responder, porque podría haber sido caos caótico.



Listas para empezar de nuevo, tomamos las carteras, los abrigos y nos vamos.




Friday, September 14, 2007

Sunday, September 09, 2007

Aprendizaje o libro de los placeres

La articulación del discurso amoroso tarda toda una vida; los intentos son fallidos y se llaman aprendizaje o libro de los placeres para hacerle un honor a Clarice , o mejor, Clarisa.
El discurso amoroso se va escribiendo por episodios ante la negación de los protagonistas que llevan ya caminos distintos. Ellos no lo saben, pero se volverán a encontrar, lo ha dicho el oráculo Justiciero que está en la cima de El Paraíso.
Domenico, il unico posibile. Falso italiano para despertar de una siesta. Soy una mujer búho, ¿soy una lechuza? Una noctua noctívaga en pleno calor.
Extraña ha encontrado un placer efímero y es distinto de los anteriores. Siempre es distinto de los anteriores, o es acaso una nueva mutación. Al despertar de desconoce ...
Suena “Crazy…wondering what in the world did I do…Crazy …Faking that my love could hold you”, …pero cantada por Norah Jones, y ya no le hace revolver el estómago, solo es una canción más que no tiene sentido en el calor del puerto porque es Domenico. Falso italiano para despertar de una siesta.
Soy una mujer búho, ¿soy una lechuza? Una noctua noctivaga en pleno calor y hambre, un hambre que recién está empezando.
Abro medio ojo y veo media espalda, me acerco para olerte porque solo así te puedo reconocer, hago el ademán de tocarte, pero no puedo despertar a los muertos, eso lo tengo prohibido. Te mueves y abres medio ojo. Solo alcanzo a decirte que los cadáveres sí son dulces.
Lo que quiero decir es: "Quédate un día más".

Monday, September 03, 2007

En taxi alfombra voladora, pero sin lámpara maravillosa

Hoy regresé temprano a casa; el camino habitual es en taxi o bus, pero siempre pido subir el paso a desnivel del cementerio y si tengo suerte también paso por el Hospital Luis Vernaza con ese color verde enfermedad que lo caracteriza. Yo en mi taxi alfombra voladora con un vientecillo delicioso alborontándose el pelo, sintiendo ligeramente los rayos del sol. Ese fue un momento perfecto, hacia arriba el Corazón de Jesús mirándome pasar. Y luego todas esas tumbas, los mausoleos, las cruces y el monte crecido. Mucha paz, muchas conversaciones alrededor de estos sitios. Un rato antes, aún en la oficina, me doy cuenta de que he chateado por horas. No me he dado cuenta y solo queda una pregunta. Es la pregunta por la dulzura. ¿Qué sgnifica ser dulce? ¿Qué es lo dulce? ¿A qué sabe eso? ¿Por qué se es dulce? Parece una cualidad y sin embargo escucho a cada rato lo dulce como cualidad para la cercanía. Pero, cómo, ¿si todas las personas que conozco tienen algo dulce? Recuerso algo de nuestra conversación virtual y ahí me resuena eso de que hay que descubrir ciertas cosas. Sí, me digo, es cierto, pero sólo hay un momento en que se descubren este tipo de cosas. Creo que coincides conmigo, pero eso lo sabré solo si vienes a Guayaquil. Puede ser un infierno o puede ser cualquier otra cosa. Cualquier otra cosa estará bien. El estadio vacío y muy pocos carros circulando a las cuatro de la tarde. En esta ciudad la dimensión desconocida se hace presente en cualquier momento, sobre todo, si caminamos por sus calles. Por fin, pienso, por fin, estoy llegando a mi casa, y por fin quiero llegar para conectarme otra vez, para escribir lo que me falta y terminar de una vez este proyecto que empecé hace tanto tiempo. Pero tengo sueño, pero tengo sed, necesito mi cama minúscula y mi silencio. Ahora sí puedo escucharme, no comprendo muy bien cómo es que no podía hacerlo, y de una manera súbita me escucho con claridad. Hay una vocecita que me dice que soy libre, no hay explicaciones, pero es así. Me he liberado de mí misma.