Thursday, April 26, 2007

Extraña desaparecio

Así es, la extraña uno abandonó esta disgresión y se ha marchado quién sabe dónde. Creo que este ejercicio se le fue volviendo amargo, lo que quiere decir que dio resultado y que está atrapada, porque solo hay una literatura posible y esa es la que molestra, golpea y remueve.
Un poco al estilo del rollo chino, ella se fue haciendo pelotas y de repente se confundió con los blogs que tenía hasta que se olvidó de las claves y perdió el contacto.
Extraña uno debe estar bastante cansada a estas alturas porque estrena casa nueva, con árbol de mango y todo. Ya tiene habitación propia, deshabitada aún, pero ya saben, es cuestión de empezar otra vez y reanudar las rutinas.
Hay viejas costumbres y malas costumbres. Las malas, según la extraña uno, jamás se pierden. Yo, como la extraña dos que ahora será la uno, le he dado la razón, irremediablemente
Mientras, se acaba el mes más cruel, llueve casi todos los días para despedir al mes de las aguas mil, y faltan pocos días para que las flores se apoderen de la ciudad al más puro estilo del realismo mágico, solo que andamos destemporizadas con estos recursos efímeros, pero trascendentes.
Extraña uno, sin querer se volvió adicta. Ahora se despierta a las tres de la mañana por un insomnio galopante, y ojo, no es que el maldito sin sueño llegue cabalgando si no que antes de poder agarrar a morfeo escucha el relinche del caballo negro que se para bajo su ventana y que la espera. Ella no se decide, por eso ni se trepa a su montura ni se puede dormir. Así que de momento solo escucha.
Yo le he dicho que para mí ese caballo es el Tintín, pero ella no cree, simplemente se reusa a creer.

Monday, April 02, 2007

Viaje es salir, pero hay viaje hacia adentro


Salir de viaje en la propia ciudad ofrece salir de la rutina. Tal vez el calor hace que desista un poco, pero mi nuevo proyecto es conocer las islas. Hay una ilusión de ser exploradora en estos viajes, tengo que aceptarlo.
Alguna vez estuve en Santay, pero nunca en Puná. Y no son las únicas islas, también están esas otras que aparecen en las novelas de Aguilera Malta, como la Mondragón. A Jambelí sí he ido y me sorprendí cuando a mediados de agosto el agua estaba caliente, y lo mejor, la playa desierta.
Aunque el viaje es fundamental en la vida y en la ficción, creo que hay un viaje que no hay que hacer y es el viaje al pasado.
La cuestión es si el pasado regresa o si una vuelve al pasado y en la conclusión de hoy puedo decir que lo mejor es que el pasado pase, que el viaje continúe y que si el pasado regresa no es casual. Para emprender el viaje, una vez más, es más es importante ver al pasado, tomarlo por los cuernos avanzar. La historia de la humanidad se podría resumir en los viajes, pero con esta frase yo estaría plagiando a uno de mis héroes literarios, o mejor dicho, plagiándolo bastante mal, como es mi costumbre y dada mi poca retentiva. Qué no daría por poder recitar versos enteros, fragmentos enteros, en fin…

Helado de chocolate con sushi

Una noche, hace poco, caminaba con una amiga por la Víctor después de comer Sushi. Antes, tengo que confesar que comí un helado de chocolate gigante, como para que puedan advertir cómo hago mezclas de todo tipo, en este caso gastronómicas, y en otro, para qué decirlo.
Lo cierto es que caminando por esa calle tan transitada iba recorriendo un pasado bien pesado, y también le contaba mi decisión de tomar el pasado y enfrentarlo de una buena vez. Mi amiga decía, respecto a una historia que podría bien ser la ficción perfecta del enamoramiento y todo lo que eso significa, que yo podía volver , que era posible, en otras palabras, que era posible retomar esa relación. Fue después de escucharla que tuve la certeza de que no. La historia estaba acabada, enterrada, sepultada, y digerida desde que decidí ir al encuentro de esa persona. Eso había creído yo, pero en realidad iba a mi propio encuentro. Me alegro de haber podido hacerlo, me he pasado huyendo, escondiéndome. Así que mientras estaba sentada y tomaba mi botella de agua pensé en el próximo viaje y será a una isla, o a la posibilidad de una, para plagiar más todavía. Es que es imposible no hacerlo.
Dicen que en Puná hay una playa que se llama La concordia. Concordia, me suena a concordar, o a acordar. Entonces será Puná.